Entrevista con Xavier Escrivà, gerente y programador por entonces de los Cines Maldà de Barcelona, en 2015, poco tiempo después del gran impacto que supuso la crisis de 2009 y que todavía se sufría de forma intensa en el país y en el sector. Contexto social y económico al que se sumaban, entre otros factores, los cambios de hábitos de los consumidores y que han acabado por consolidarse en este tiempo.
¿Cuál es la filosofía de esta sala de cine? ¿Cuál es la línea de acción que se puede encontrar detrás?
Nuestra filosofía es dar una segunda oportunidad a las películas. Somos un cine de reestreno. Llevamos más de 69 años abiertos y somos el cine de pantalla única más antiguo de Barcelona. Y, claro, queremos recuperar cosas que se han perdido pero que siempre se han hecho como la sesión contínua o dar más recorrido a películas que, por su calidad, creemos que pueden estar en cartelera más tiempo que el que otras salas les dedican. Nos gusta mucho el cine europeo, el independiente americano…
¿Y cómo están yendo las cosas hasta el momento?
Bueno, hemos pasado momentos graves. El año pasado, 2014, fue muy difícil, el peor desde que yo trabajo en este cine y ya llevo 27 años.
No todos como gerente, ¿verdad?
Exacto, yo empecé limpiando vidrios en las galerías Maldá. De ahí pasé a acomodador, el “linterna” como se decía, y de ahí fui subiendo hasta decidir que ya me encargaba yo de la gestión en 2010.
Se hizo, por lo tanto con la gerencia de la sala, en plena crisis y justo poco después de un año de crisis especialmente malo como fue 2009.
Sí, pero aún así 2009 no fue, dentro de nuestro sector, tan malo. O por lo menos visto desde el momento actual. Los datos de recaudación de cine aquel año no fueron tan negativos. La piratería hacía daño pero la situación era mejor que no en los niveles en los que nos movemos hoy con el IVA como está. Ya nos gustaría tener actualmente esas cifras. Nosotros en aquellos años podíamos tener sobre unos cien espectadores diarios y en fin de semana, sobre 600 aproximadamente. Esto, a raíz del incremento del IVA se ha reducido perfectamente más de un 50%. Difícilmente llegamos a los 50 visitantes diarios entre semana.

El año pasado incluso llegaron a mandar un e-mail de socorro que apareció en diversos medios.
Sí, lanzamos un SOS que recibió muy buena acogida por parte de los medios porque es que verdaderamente estábamos a punto de cerrar. Nos fue muy bien para que la gente volviera al cine y volviera a mirar lo que programamos en el Maldá.
¿Qué tipo de público viene a esta sala?
Pues sobre todo personas de cuarenta años para arriba, más o menos.
¿Cree que la gente sigue queriendo ir al cine?
Bueno, hay gente que sí y hay gente que no. Hay una juventud que no va al cine mientras que hay un público de cuarenta años para arriba que sí que va porque es una costumbre que ya tiene muy asociada a salir. Todos estos chicos con los smartphones y tablets están en otra onda; cosa que me parecería perfecto siempre y cuando pagaran por las películas que ven y que descargan ‘pirateadas’ de Internet. Hay que recordar que detrás hay toda una industria. La culpa es de la educación que se ha dado y que no les ha hecho entender que esto es robar.
¿El problema es el IVA al 21%, la piratería, el cambio de modelo en el tipo de consumo…?
Es cierto que hoy la oferta de consumo en el ámbito del ocio y la cultura es mucho más amplia que antes y esto tiene una incidencia pero no puede servir como excusa. El consumo de cine sólo ha bajado en muy pocos países y España es uno de ellos. El pasado verano en Estados Unidos superaron todos los récords de recaudación. Es decir, que la gente sigue queriendo ir al cine. Ahora bien, en esos países no tienen barreras como el IVA al 21% y se lucha contra la piratería con medidas eficaces como cortar la línea de las personas a la segunda vez que lo hacen. Aquí no sólo no se toman medidas sino que se aplican decisiones como la del IVA. ¡Y es una barbaridad!
¿El IVA es el principal causante de la situación actual en el sector?
Sí, sin duda. Se ha notado mucho. El IVA al 21% representa un encarecimiento de casi un 1,5 euros sobre la entrada, cosa que significa poner los precios sobre casi 10 euros cuando podrían estar sobre 7,5. La entrada del PP y medidas de este tipo han tenido un impacto brutal. Ya nos gustaría obtener las cifras que teníamos antes de la aplicación de esta medida. Por supuesto que antes había crisis en el sector pero sin comparar con la situación actual. ¡Con la recaudación de hace cinco años, que ya era mala, todos hoy daríamos saltos de alegría! Sería increíble. La recaudación, sin exagerar, puede haber descendido por culpa del incremento del IVA entre un 40% y 50%. Antes en una semana (viernes, sábado y domingo), en España, había entre 10 y 11 millones de espectadores. Ahora hablamos de entre 6 y 7 millones.
Además, aquí, la piratería es especialmente crítica.
Efectivamente. Pero es que hay una industria y esto hay que tenerlo muy claro. Yo también querría el pan o la gasolina gratis pero no puede ser.
Aparecen alternativas para adaptarse a las nuevas pautas de consumo.
Efectivamente, existen hay plataformas para ofrecer contenidos por Internet a muy buenos precios y con muy buenas propuestas pero cuando la gente lo tiene gratis… La gente tiene muy claro que no va a pagar por cosas que puede obtener sin cargo. Por poco que sea, incluso 2,5 euros por una película, lo rechazan y no se suman a estas propuestas.

¿Cree que falta sensibilidad por parte de las instituciones hacia la cultura?
Sí, sobre todo del gobierno de España. Aquí, la Generalitat no tiene nada que hacer si no les llega ni para pagar las nóminas. Pero el Gobierno lo primero que tendría que hacer es bajar el IVA a un 3-6% y que recauden de otro sitio porque no podemos tener un IVA de lujo. Y a partir de aquí una nueva ley del cine, ayudas para la digitalización, simplificar trámites, establecer requisitos más asequibles…
¿Por qué iniciativas como la ‘Fiesta del cine’ generan tantas colas y tienen tanto éxito?
La ‘Fiesta del cine’ está muy bien pero sobre todo la organizan multisalas en centros comerciales porque el negocio no está en la entrada sino en el bar, las bebidas, palomitas… ya que en un martes o miércoles ven como la recaudación, gracias a esta iniciativa, se dobla. Y es ahí donde se gana dinero. Porque con la entrada a 2,90 euros, con lo que se lleva la distribuidora, a la sala apenas le quedan 50 céntimos. Nosotros no tenemos bar en el Maldá pero estamos en ello aunque intentamos ser diferentes programando sesiones contínuas y muchas otras actividades y eventos que queremos que nos identifiquen y distingan. Hoy montar un cine sin bar no es negocio.
¿El futuro de las salas: hacia dónde puede ir? ¿Qué otros usos podrían hacerse y que cuajaran con los tiempos que corren?
La gente seguirá yendo al cine a ver películas porque quiere verlas en buenas condiciones de proyección, de sonido, cómodos… Disfrutar de esa experiencia en su mayor riqueza. Es cierto que la digitalización ha hecho mucho daño, muchas salas han cerrado. El cine ha durado 120 años con el 35mm. pero ahora los cambios tecnológicos se suceden mucho más rápido y esto obliga a actualizarse cada muy poco tiempo añadiendo complejidad al negocio. Aún así soy optimista y creo que los cines continuarán mientras existan países como Francia, Holanda, Noruega, Inglaterra, Luxemburgo… donde la gente va al cine. En Estados Unidos, al margen de empresas tecnológicas como Facebook o Google, los grandes estudios de cine siguen teniendo un peso muy importante. La industria del cine es un actor muy potente. ¡Mira el Festival de Cannes: con 4.000 periodistas acreditados, como en unos Juegos Olímpicos! ¡Y se hace cada año! //
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